Recibe Valeria Guzmán Pérez el Premio Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco

El jurado destacó de la obra ganadora un lenguaje decantado, que demuestra la solidez del oficio poético a través de un ambiente en apariencia hostil

La poeta, lexicógrafa, docente y traductora Valeria Guzmán Pérez recibió esta tarde el Premio Ciudad y Naturaleza José Emilio Pacheco, organizado por el Museo de Ciencias Ambientales (MCA) de la UdeG por Un silencio tan blanco, un libro de poemas que conducen a contemplar un ambiente en el que la naturaleza se manifiesta y sobrevive en un paisaje en apariencia hostil. 

 

El Director del MCA, doctor Eduardo Santana Castellón, informó que recibieron mil 266 libros en la novena edición del premio, dedicada a la poesía, procedentes de 36 países.

 

“Con este premio intentamos crear un nuevo lugar de confluencias entre la literatura, las ciudades, la naturaleza y la ciencia, en la obra compartida de José Emilio y Cristina Pacheco, en quienes encontramos un manantial de inspiración para nuestro trabajo de construir un mundo mejor”, destacó.

 

En el proceso del premio, apuntó Santana Castellón, faltó Cristina Pacheco, quien falleció recientemente y lamentó su ausencia; era una mujer sensible que ejerció con maestría el arte de la entrevista.

 

La Rectora del Centro Universitario de Tlajomulco (CUTlajomulco), doctora Irma Leticia Leal Moya, celebró el premio que lleva el nombre de uno de los mejores escritores mexicanos de todos los tiempos. Sobre la obra ganadora dijo que obtuvo el voto unánime del jurado para hacerse acreedora del primer lugar.

 

Laura Emilia Pacheco, hija de José Emilio Pacheco, declaró Valeria Guzmán Pérez afirma que todo lo que existe posee alma. Así, se aboca a dibujar el reino que las palabras originan.

 

“Valeria, nacida en 1988, posee ya una voz poética que la distingue. Lexicóloga y traductora, no tengo duda de que esto ha influido en la hondura que muestran sus intuiciones, su preocupación con lo interno y lo superficial, con lo que aparentemente nos rodea. Como dice ella, ‘no habrá palabra que no nos exponga a la intemperie’, al referirse a la memoria de las cosas”, subrayó Pacheco. 

 

Valeria Guzmán Pérez destacó que al final de su libro ya no hay nombres, enunciados, sólo una sucesión de adverbios y palabras funcionales.

 

Quise llevar el lenguaje hasta el extremo de su hueso significativo, blanco sobre blanco eso es la nieve y su paisaje, la fiesta de lo invisible, eso es la existencia, la palabra que borra la palabra, eso es el lenguaje. Este libro es una gran metáfora de la soledad, el silencio y la muerte”, dijo.

 

El querido José Emilio Pacheco me rescató de un agujero, así me hizo sentir y me hace sentir este premio. José Emilio Pacheco me extendió la mano, acaso la tuvo extendida siempre desde el pasado, y me sujetó y me rescató del congelamiento y de la mudez”, añadió.

 

El escritor Jorge Esquinca, en representación del jurado, integrado además por Carmen Villoro y Rogelio Guedea, dijo que Un silencio tan blanco consigue enriquecer y expandir los límites del lenguaje.

 

“Abrir las fronteras de nuestro mundo es algo que ha hecho admirablemente Valeria Guzmán. Y en este libro lo ha hecho partiendo del silencio mismo, un silencio que la llevó a ella a lo largo del tiempo que le tomó la escritura, la contemplación, y a la contemplación de las criaturas que pueblan un ámbito que pudiera parecer hostil”, dijo Esquinca.

 

Valeria Guzmán, Directora del proyecto Mujeres al oído, que son audios de escritoras ecuatorianas contemporáneas, donará parte del premio de 10 mil dólares.

 

 

Atentamente
“Piensa y Trabaja”


“30 Años de la Autonomía de la Universidad de Guadalajara y de su organización en Red”


Guadalajara, Jalisco, 7 de diciembre de 2024

 

Texto: Adrián Montiel González


Fotografía: Edgar Campechano Espinoza

Escrito por: Adrián Montiel González
Fotografía: Edgar Campechano Espinoza
Fuente: UdeG