Explica Académica del CUCSH Formas de Relaciones Amorosas y Sexuales entre las Parejas Contemporáneas
Diserta en Conferencia Inaugural “Parejas Contemporáneas: Estrategas de la navegación en mar revuelto”, organizada por el Doctorado en Ciencias Sociales del CUCSH
El Doctorado en Ciencias Sociales del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), realizó la Conferencia Inaugural del Ciclo Escolar 2022-A: “Parejas Contemporáneas: Estrategas de la navegación en mar revuelto”, que fue impartida por la Dra. Zeyda Rodríguez Morales, Profesora-Investigadora de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
De manera inicial, el coordinador del Doctorado en Ciencias Sociales, Dr. Robert Curley, destacó la trayectoria de la Dra. Zeyda Rodríguez Morales, y subrayó que su participación en la conferencia inaugural es importante “ahora que el Doctorado obtuvo su permanencia de Calidad Internacional por un periodo de cinco años. Y este resultado es por la contribución que estudiantes, profesores e investigadores aportan a este doctorado, el cual este año cumplirá 31 años”.
Durante su conferencia, la Dra. Zeyda Rodríguez Morales, mencionó que cuando estudiaba el doctorado en el año 2000, “se estudiaba la sexualidad juvenil, en donde el SIDA ya era un fenómeno relevante en el mundo. Ese tema era muy revisado desde las políticas públicas, y de cómo prevenir y cómo descubrir lo que hacen los jóvenes para prevenir la transmisión de ese virus. Mi planteamiento en relación con lo amoroso permeaba en lo extraño”, comentó.
Después de 16 años, explicó la Dra. Zeyda Rodriguez, “esto ya es un campo en pleno crecimiento, no sólo en términos teóricos, sino de manera empírica en todo el mundo en torno a las relaciones amorosas en los grupos sociales y de todas las preferencias. Por eso la heterosexualidad, la llamada normalidad heterosexual, me pareció relevante para investigar y analizar”.
La Dra. Rodriguez Morales comentó que “cuando hablamos de parejas es muy común que se asocie la unión de la pareja con el sentimiento amoroso, pero no necesariamente esto había sido así, pero en nuestra época es común. Las parejas se vinculan en tres dimensiones: el nivel de compromiso, el nivel de intimidad y el nivel de la pasión. Todo esto es el origen, el motor que organiza las actividades de la pareja, y estas son el apoyo y la ayuda mutua, la organización doméstica, la crianza de los hijos, los cuidados mutuos y la organización económica”.
Para la académica, “esta manera de organización, se vincula con la normalidad heterogénea y esta normalidad heterogenea se enlista en el matrimonio tradicional, relacion entre solteros, familias uniparentales, parejas gays o lésbicas, con monogamia o con acuerdos de convivencia, y parejas con convivencia pero sin amos y sin sexo, parejas abiertas, matrimonios poliamorosos, amistades con privilegios sexuales y tríos entre otros”.
La Dra. Zeyda Rodriguez destacó que “para estudiar esto existen diversas perspectivas. La perspectiva socioconstructivista de lo amoroso, en donde lo que interesa son las determinaciones socioculturales e históricas que definen el tipo y la forma de relacionarse en pareja, las cuales van tan allá que organizan el sentir de los sentimientos amorosos. Otra perspectiva es el imaginario romántico del siglo XX, que se basa en la teoría de la diferenciación sexual y esto genera a su vez emociónes genéricas, es decir, formas de sentir que se traducen en la dimensión del mandato hegemónico. Todo esto configura el gran entramado del amor romántico que cobró fuerza después de la segunda guerra mundial”.
“Estas expectativas eran pura ficción, pues no se traducen en la vida real, pues las mujeres empezaron a vivir en frustración del mundo de lo doméstico como una verdadera prisión. En este periodo de estabilidad, estalló y ocurrió la revolución sexual de los años setenta. El escenario no tiene soluciones fáciles, pues persistir en el imaginario romántico no es la solución, pues sus normas, valores, estereotipos y sus instituciones son obsoletas. El imaginario postromántico tiene los problemas de perder lo que se cree seguro, el arrepentimiento de ser autónomos, pero no en exceso de libertad, temor a las heladas de libertad y la sanción moral, pues nuestro contexto siempre estará en el pasado”.
La Dra. Rodriguez Morales subrayó que “en los relatos de vida lo que se ven son disonancias emocionales, es decir, existe un posicionamiento sobre las normas emocionales vigentes y se revelan contradicciones de emociones heredadas, esto es un correlato emocional de cosas que no quiero sentir pero siento. Las disonancias emocionales son tensiones y ambivalencias entre conceptos, significados, creencias, sentimientos y emociones que poseen las personas al tener acceso a discursos sociales sobre lo amoroso y sexual en posición o en conflicto a lo que se consideran valores legítimos o que se lucha porque lo sean”.
Para la académica de la Universidad de Guadalajara, “el imaginario romántico engendra reglas del sentir, mientras que un imaginario postromántico estaba engendrando o dando origen a reglas del sentir postromántica. Las emociones desde este punto de vista son producto del trabajo, de los sujetos y por ende, pueden actuar sobre ellos. La dimensión política del trabajo emocional está en que los individuos trabajan para ajustarse a las convenciones sociales y a la vez para romperlas, por lo tanto no es tan de su interés sentir lo que dicen las reglas sino buscar sentir de otras maneras orientadas a emociones alternativas”.
La Dra. Zeyda Rodriguez destacó finalmente que “las personas somos capaces de navegar emocionalmente, podemos cambiar radicalmente el rumbo y hacer correcciones constantes para permanecer en el rumbo libremente elegido. Esto implica una acción intencional cuya intención es alcanzar objetivos de mayor prioridad y entender que esto no es fácil, pues implica sufrimiento emocional y libertad emocional, pues estos no son opuestos, ni uno está exento del otro”, enfatizó.